Queridos amigas / queridos amigos,
Expresar, actuar y proyectarnos son cualidades ciertamente muy necesarios en estos tiempos que corren. Pero tan solo representan una parte de un sutil equilibrio entre expirar e inspirar. Sin hablar de las pausas mágicas entre los dos…
En el árbol de la música, el canto gregoriano representa nuestras raíces ancestrales y nos recuerda una sencilla verdad: solo podemos dar aquello que tenemos. Sus melodías en forma de arco actúan como un masaje sonoro que favorece la activación vibratoria de todos nuestros cuerpos, desde los tangibles hasta los más sutiles.
Con la sugerencia musical de este mes, os invito a dejaros “tocar” por una música nacida a la luz de las estrellas para que os acompañe a lo largo de este otoño.
¡Salve! Sigrid